Como si de una fruta se tratara, surge. El ser humano simple,el del montón, el normal, el que no se pregunta nunca casi nada, se montó un día en la vida y sigue en ella hasta que le llegue el momento de bajarse. Ese será su fin, y ya está. Se acabó.
Descanse en paz, dirán su familiares, amigos y allegados. Tambien aquellos que sin ser nada de lo anterior, deciden unirse a la idea de que hay que desearle algo a eso que ya solo existe si lo recuerdas. Algunos, no todos de los que se situaban en el lado contrario al ahora ausente, se cambian de bando por aquello de aparentar ser personas de bien o se han dado cuenta de que no tiene sentido estar en diferentes bandos cuando uno de los dos ha desaparecido del aparente combate. Sería como de tontos luchar contra sombras, ¿no?
"El hueso del pensamiento puede resultar muy amargo", trata de llevarte a lo más profundo de tus propios pensamientos, allí donde las creencias echan raíces y se anidan entre sí para no soltarse. Si te es más fácil te invito a que escojas un solo pensamiento y te quedes con él unos instantes. Te advierto no obstante, que puede que te resulte interminable el tiempo, pero no te asustes que no lo será. Todo pasará.
Vamos a observar la frase. "El hueso" como el núcleo en el que se guardan bajo setenta llaves, con código secreto, todo aquello que pertenece a una misma familia de pensamientos: miedo o amor. Por ahora no vamos a ir más allá. Parece suficiente. Ese núcleo construido por ti, por el ego-personaje, cuando lo observas perceptiva y sentidamente encuentras todo aquello que en algún momento creíste necesario guardar con la información más precisa. No le falta el más mínimo detalle. Permanece intacto, aunque tú no lo recuerdes exactamente. Incluso el orden te es respetado.
"El hueso" precisa de material -nutrientes- para ser núcleo. El material es la vida-tuya, la experiencia que has decidido ir acumulando y asociando a ese hueso que te recuerdo puede ser en forma de miedo o de amor. No busques otras etiquetas para nuevos "núcleos-huesitos" que te perderás nuevamente, te lo aseguro. Repito: miedo o amor.
Ahora observa el fruto tal como lo sientes ahora, tal como lo ves, tal como crees que anida en ti. Observa la forma, el grosor, la humedad, el olor, incluso si contiene ruido interno, el color, el tiempo que lleva vivo en ti que eres su creador@, el relato que sustenta al pensamiento en la creencia de que contiene lo que para ti es la verdad indestructible. No lo sueltes, solo obsérvate observándolo. No huyas, ya que has llegado hasta aquí, sé amable contigo. Mírate, mirando ese núcleo en forma de hueso. Miedo o amor. Como dos columnas en un "excel" que has ido rellenando dándole contenido propio, forma. Ni siquiera te juzgues ni juzgues, solo obsérvate en la acción del mirarte....
.... "puede resultar muy amargo" porque el amor, el Amor, no precisa ser guardado, no precisa ser reservado, tan siquiera necesita ser creado, ya fue Creado. El amor, el del hueso-pensamiento es más de lo mismo. Es tu miedosa y carente vida, es el miedo del personaje, asomándose tímidamente por la ventana entreabierta, que se dice a sí mismo, reconociéndose incapaz, que no ha madurado. Qué simple !!! Sí, no he madurado...y qué !!!
Del amargor a la Dulzura, solo un paso le separa. No trates de dar ese paso tu. No sabes hacerlo ni puedes hacerlo sola, solo. Has creído llegar a espacios sombríos con historias sombrías y compañeros de todo tipo, igualmente sombríos. Agradéceles su acompañamiento. Te eran necesarios para que tu, ahora, puedas ver con otra mirada. Con Su Mirada. Me refiero a la Mirada que Todo lo Ve Amorosa-Mente. Sin distinciones. Unida-Mente y en Paz.
Observa ahora de nuevo a ese personaje que ha dejado de existir en el cuerpo y que vuela plácidamente más allá de las nubes, más allá de lo que llamamos cielo, más allá del infinito, más allá de lo que al ser humano le hes imposible alcanzar. Observa ahora, de nuevo, el sentir sobre la vida, sobre la existencia, sobre la oración, sobre el perdón, sobre el amor, qué digo, sobre el Amor. Solo eso, observa-te, observando que todo y nada son la misma cosa, si tu no lo piensas.
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rafael
