La marginación, un deseo del ser-humano que nada tiene que ver con la idea original de unidad. ¿Se puede pensar de forma marginal sin que el Todo se sienta afectado? Pienso que si, que el Todo está a años luz del pensamiento particularizado. El Todo es capaz de mirar de frente a lo que sucede sin juzgarlo, simplemente lo observa, aquietada-mente, en plena paz. No le caben dudas. El Todo ama al suceso porque sabe que nada sucede si se piensa.
¿Margina el marginado? honda pregunta que al observarse en su propio camino obtiene una pronta respuesta. Si, sin dudarlo. No pensemos ahora en lo que significa para ti la marginación, más bien observa lo que sientes cuando te sientes marginad@, o cuando decides marginar como una forma de desprecio a un otro que es como tu.
Eres libre de pensar y de sentir. Creo que eso ya lo habrás escuchado más de una vez, aunque posiblemente sigas decidiendo ser incrédul@ a asumir tu libertad por temor a sentirte responsable de los eslabones que conforman la cadena mental que finalmente desemboca en el resultado que ves en el mundo.
Sigues amarrad@ como un "lorito" a una bonita cadena de brillantes colores acordes a su plumaje para no desentonar en la escena, repitiendo una y otra vez lo que has aprendido hasta que lo sustituyes por algo nuevo, aparcando lo anterior sin asignarle un tiempo definido previamente.
¿Quién te puso ahí, en esa jaula. Quién te encadenó. Quién te enseña el modo de vida que debes llevar. Quién te sigue ordenando la vida. Quién te hace de guía en tu experiencia. A quién le has dado las llaves de tu libertad y ... para qué?
El "lorito" parece que mira a los humanos, parece que les escucha y repite lo que graciosamente estos le dicen una y otra vez: "Hola, que tal, buenos días, te amo, feo, sonríe, qué miras, vete, ven, adiós ..." A veces parece cansado de tanto teatro. Se hace el dormido, incluso le da la espalda al pesado público que se le acerca invasiva-mente para que le responda a sus palabras insistentes.
¡¡¡Ahora no es el momento de atenderte!!! parece que está pensando el animal enjaulado. Y se queda tan ancho. Desempeñando su papel a la perfección. Por dentro se ríe a carcajadas.
Al tiempo, el humano se va alejando del lugar en busca de otro humano-lorito que le obedezca, que le sirva, que le atienda, que le haga sentir -el gran domador- sin apenas darse cuenta de que más allá del pensamiento no hay nada. Son la misma cosa pensada.
rEL
