DES-APEGARTE: - "Acción contraria al deseo de apego" algo así como que lo que ayer me era necesario hoy ya no lo es.
- Una gran puerta, muy antigua, da acceso al cuanto menos curioso mercadillo permanente de intercambio de deseos, apegos y desapegos. Allí, asisten los personajes en sus enfundados en sus preparados cuerpos para la ocasión. Cada uno, por separado, con sus deseos, apegos o des-apegos bajo el brazo, tratando de intercambiar lo inútil por lo útil. Se trata de un mercadillo de "cosas" usadas. Lo saben. Se trata de buscar y encontrar lo que crees necesitar. Solo es un instante que se puede hacer eterno. Objetos, relaciones, desechos al fin y al cabo que crees que todavía algún valor tiene y tratarás, mentirosamente, de que en el cambio ambos, vendedor y comprador salgan ganando.
Observemos el movimiento interno-mental del deseo de "algo" en la emoción de que ¡¡¡ ya lo encontré !!!
- Tal vez tratemos de utilizar uno de esos productos que pegan tanto que es imposible separar las partes unidas. Es un deseo de "para siempre",... y ... el tiempo pasa,... y pone las cosas en Su sitio,.. y tu lo tratas de acepar y más fácil,.. tratas de negar que lo que sucede esté sucediendo,.. y te escondes en "modo niño asustado" debajo de la cama, con la persiana bajada hasta el final de su recorrido, con la luz del techo apagada y la puerta encajada. Sin rastro de luz para poder ver qué está sucediendo-te. Tratas de ignorarte sin separarte de tus propios pensamientos inútilmente.
¿Y qué hacemos para conseguir el des-apego?
- Primeramente rechazar. Rechazar algo que en otro momento decidimos que si que era útil. Simplemente eso. Ya no te es útil, o tal vez no te es útil en la forma, tiempo, espacio en el que ahora se te está dando, lo que "lo" convierte en inútil, tratando tu que mediante el des-apego, el tomar distancia, el tiempo lo cura todo,.. llegue la solución mágica a la decisión egoísta del des-apego.
- Niegas por miedo mirar en el mismo instante en el que decidiste apegar-te. Una decisión enfrentada a la otra. Todo un truco mental para sentirse menos desgraciad@, carente, abandonad@, infeliz, temeros@.
- La mente se estrecha para no dejar pasar todo lo que puede fluir cuando se acepta libre.
Des-apegarte en la idea de sentir-te más feliz, más libre, más liger@ y lo que es más extraño todavía, des-apegarte para que un otro se sienta menos apegado a ti, a lo tuyo.
Entre-tanto mantienes dos ideas sujetas por un poderoso imán llamado "deseo". ¿Qué deseas en realidad? Admite que si te paras a verlo, no tienes ni idea de lo que deseas realmente. Tal vez te gustaría no tomar parte en la decisión, pero eso se te hace muy cuesta arriba. El "yo" quiere, desea hacer aunque se esconda detrás del director de la escena, detrás de las palabras escritas por el mismo, como un ejecutor que no quiere ser-lo y se encuentra, por arte de magia, con el desenlace de su historia ante si mismo, en el espejo, encogiéndose de hombros y diciendo-se ¡¡¡ vaya, me lo temía que esto acabaría así !!!
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rEL
- Una gran puerta, muy antigua, da acceso al cuanto menos curioso mercadillo permanente de intercambio de deseos, apegos y desapegos. Allí, asisten los personajes en sus enfundados en sus preparados cuerpos para la ocasión. Cada uno, por separado, con sus deseos, apegos o des-apegos bajo el brazo, tratando de intercambiar lo inútil por lo útil. Se trata de un mercadillo de "cosas" usadas. Lo saben. Se trata de buscar y encontrar lo que crees necesitar. Solo es un instante que se puede hacer eterno. Objetos, relaciones, desechos al fin y al cabo que crees que todavía algún valor tiene y tratarás, mentirosamente, de que en el cambio ambos, vendedor y comprador salgan ganando.
Observemos el movimiento interno-mental del deseo de "algo" en la emoción de que ¡¡¡ ya lo encontré !!!
- Tal vez tratemos de utilizar uno de esos productos que pegan tanto que es imposible separar las partes unidas. Es un deseo de "para siempre",... y ... el tiempo pasa,... y pone las cosas en Su sitio,.. y tu lo tratas de acepar y más fácil,.. tratas de negar que lo que sucede esté sucediendo,.. y te escondes en "modo niño asustado" debajo de la cama, con la persiana bajada hasta el final de su recorrido, con la luz del techo apagada y la puerta encajada. Sin rastro de luz para poder ver qué está sucediendo-te. Tratas de ignorarte sin separarte de tus propios pensamientos inútilmente.
¿Y qué hacemos para conseguir el des-apego?
- Primeramente rechazar. Rechazar algo que en otro momento decidimos que si que era útil. Simplemente eso. Ya no te es útil, o tal vez no te es útil en la forma, tiempo, espacio en el que ahora se te está dando, lo que "lo" convierte en inútil, tratando tu que mediante el des-apego, el tomar distancia, el tiempo lo cura todo,.. llegue la solución mágica a la decisión egoísta del des-apego.
- Niegas por miedo mirar en el mismo instante en el que decidiste apegar-te. Una decisión enfrentada a la otra. Todo un truco mental para sentirse menos desgraciad@, carente, abandonad@, infeliz, temeros@.
- La mente se estrecha para no dejar pasar todo lo que puede fluir cuando se acepta libre.
Des-apegarte en la idea de sentir-te más feliz, más libre, más liger@ y lo que es más extraño todavía, des-apegarte para que un otro se sienta menos apegado a ti, a lo tuyo.
Entre-tanto mantienes dos ideas sujetas por un poderoso imán llamado "deseo". ¿Qué deseas en realidad? Admite que si te paras a verlo, no tienes ni idea de lo que deseas realmente. Tal vez te gustaría no tomar parte en la decisión, pero eso se te hace muy cuesta arriba. El "yo" quiere, desea hacer aunque se esconda detrás del director de la escena, detrás de las palabras escritas por el mismo, como un ejecutor que no quiere ser-lo y se encuentra, por arte de magia, con el desenlace de su historia ante si mismo, en el espejo, encogiéndose de hombros y diciendo-se ¡¡¡ vaya, me lo temía que esto acabaría así !!!
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